Vuelve a Descubrir el Rosario - El Poder Moderno De Una Oración Ancestral

von: Matthew Kelly

Orion Wellspring, 2018

ISBN: 9781635820775 , 200 Seiten

Format: ePUB

Kopierschutz: frei

Mac OSX,Windows PC für alle DRM-fähigen eReader Apple iPad, Android Tablet PC's Apple iPod touch, iPhone und Android Smartphones

Preis: 11,89 EUR

eBook anfordern eBook anfordern

Mehr zum Inhalt

Vuelve a Descubrir el Rosario - El Poder Moderno De Una Oración Ancestral


 

Mi recorrido con el rosario
Soy un hombre práctico. Quienquiera que me conozca te lo dirá. Me gustan las cosas que funcionan. No tengo nada en contra de las teorías, pero prefiero las ideas que de hecho sirven. Me inspira la gente que ayuda a otra. Las organizaciones que agregan un enorme valor a las comunidades me inspiran. Hay algo fabuloso en aquello que funciona.
Sabemos mejor esto cuando algo deja de funcionar. Sorprende ver cómo un teléfono o un ordenador que deja de funcionar nos puede volver la vida al revés. Tenemos el hábito de apreciar las cosas mayormente cuando se han ido. Cuando estaba muy enfermo, decidí que nunca más daría mi salud por sentada, pero por supuesto lo hago.
Y tenemos esta gran expectativa de que las cosas simplemente funcionarán. Por supuesto que hay cosas quebrantadas en nuestra nación y en nuestra cultura, pero aun lo que está averiado funciona bastante bien. ¿No están la salud y la educación quebrantadas? Absolutamente, pero no demos por hecho el bien que estos sistemas proveen a pesar de su quebrantamiento. ¿No necesita nuestro sistema político una buena reforma? Probablemente, pero aún gozamos de un notable orden si consideramos las fisuras que parece tener todo en estos tiempos.
Visita cualquier país no tan desarrollado y rápidamente verás que hay muchos lugares en el mundo en donde muchas cosas no funcionan del todo. Es probable que vayas preguntándote: ¿Cómo puede vivir la gente en estos lugares?
Tal vez por eso tiendo hacia lo práctico, una fuerte tendencia hacia las cosas que de hecho sirven. El punto es: me gusta lo que funciona. Me encanta lo que funciona.
Con cierta frecuencia la gente me hace preguntas sobre el rosario. ¿Reza usted el rosario? ¿Por qué? ¿Cada cuánto? ¿Lo rezó cuando era niño con su familia? ¿De verdad el rosario tiene importancia? ¿Cuánta? ¿Adoran los católicos a María? ¿Por qué le rezamos?
Hay una y mil variaciones relativas a estas preguntas, pero hay tres cosas que siempre comparto al hablar del rosario:
1. Funciona.
2. Te llenará de una increíble sensación de paz.
3. No te conformes con lo que te digo. Tienes que experimentarlo.
El rosario funciona. Hay algo en él que asienta nuestra mente y nuestro corazón. Pone todo en perspectiva y nos permite ver las cosas según lo que realmente son. Llega a las profundidades de nuestra alma y nos calma, generando una paz que es inusual y bella.
¿Cuántas cosas puedes hacer que puedan lograr lo que acabo de describir? Devuélvete y lee ese corto párrafo una vez más. Cuando digo «inusual y bella», no estoy simplemente usando palabras. Lo digo con gran conocimiento de causa. Y ha sido mi experiencia que los únicos que no valoran esta clase de paz son aquellos que nunca la han experimentado. Si esa persona eres tú, me siento emocionado por ti. El rosario va a cambiar tu vida.
Pero he aquí el reto: no aceptes este argumento solo porque yo lo digo. Compruébalo por ti mismo. Desarrolla el hábito de rezar el rosario.
No espero que reces el rosario una vez y te digas: «Matthew tenía toda la razón. El rosario realmente funciona. Mi corazón y mi mente se han apaciguado. ¡Tengo ahora todo en perspectiva! Puedo ver con claridad lo que más importa y lo menos relevante. Mi alma está a gusto y tengo una paz intangible, profunda y permanente».
No, requiere un hábito. Puede ser algo que rezas los viernes por la noche. Así es como empecé yo. Puede ser algo que rezas los primeros sábados de cada mes. Puede ser que sea algo a lo te sientes llamado a hacer a diario. Hablaremos de la frecuencia con qué rezar el rosario y de las diferentes etapas de nuestra vida espiritual un poco más adelante. Lo que quiero dejar claro de acuerdo a mi experiencia es que para experimentar realmente los magníficos frutos del rosario necesitas establecerlo como un hábito espiritual en tu vida.
Llevamos una vida agitada en un mundo caótico. Todo esto nos puede llevar a una confusión que nubla la mente, inquieta el alma y nos conduce a tomar decisiones inadecuadas. En medio de este caos y confusión nuestras almas añoran paz y claridad. ¿Tienes paz? Yo no. No ahora que estoy sentado escribiendo estas líneas, pero tampoco en mi vida, en estos momentos. He tenido un mal día. A todos nos pasa de vez en cuando. Ha sido una semana dura. Parece que algunas cosas relacionadas a tres o cuatro situaciones se han salido de control, todo al mismo tiempo. Ha sido un mes largo y difícil. Sin esperarlo, tuve que añadir un par de viajes a mi agenda, mi esposa tiene siete meses de embarazo, uno de mis negocios está en transición, Dynamic Catholic continúa creciendo de una forma fabulosa, pero con ello surgen retos, no me he ejercitado y me encuentro tomando atajos en mi vida de oración.
Entonces no, realmente no tengo paz en este momento. He caído en lo que parece ser mi problema perenne: me comprometo más de la cuenta. Cuando mi vida se torna así, sé que estoy dedicándole tiempo a algunas cosas que Dios no quiere que yo haga. Cada vez que sucede tengo que adoptar una actitud de humildad, refrenarme y decirle a Dios: «Dime de nuevo qué quieres que haga ahora». Este es siempre un buen momento para rezar el rosario y dejar que Dios me llene de nuevo con paz y claridad.
¿SABES ESCUCHAR?
Toda oración es un intento de hablar y escuchar a Dios. Pero escuchar es mucho más difícil de lo que creemos. Requiere paciencia y atención. Escuchar a otras personas es suficientemente difícil, pero escuchar a Dios lleva el reto a un nivel completamente nuevo.
La mayoría de la gente cree que escucha mejor de lo que realmente hace. Los estudios indican que la persona promedio escucha solamente con un 25 por ciento de eficiencia. Eso implica que perdemos mucho. Si estoy dentro del promedio, significa que pierdo el 75 por ciento de lo que me dice mi esposa. Es realmente sorprendente. Si tienes un hijo adulto y escuchas como el promedio de la gente, a lo largo de la vida has perdido las tres cuartas partes de lo que tu hijo te ha tratado de decir. Aun si eres dos veces mejor que el oyente promedio, has perdido la mitad de lo que tu hijo ha tratado de compartir contigo. No es de extrañarse entonces que no nos entendamos ni logremos ponernos de acuerdo.
Si quieres escuchar mejor, puedo decirte: muestra empatía, elimina las distracciones de tal forma que estés presente, recuerda que no eres perfecto, haz preguntas para lograr una mayor comprensión, no huyas al sentirte incómodo, no cambies el tema, trata de no juzgar, no interrumpas, y haz una pausa antes de responder. Pero todo esto radica en salirse de uno mismo.
¿Por qué la mayoría de la gente no sabe escuchar? ¿Cuál es la clave para llegar a ser un gran oyente? Las respuestas a estas dos preguntas están relacionadas.
Nos ponemos en primer plano. Pensamos en nosotros, en lugar de pensar en la persona que está hablando. Nos concentramos en elucidar cómo se relaciona lo que alguien dice con nosotros, en lugar de tratar de ver cómo se relaciona con la persona a la que escuchamos. Cuando estamos ensimismados, no podemos escuchar lo que otros nos quieren decir. Cuando somos capaces de poner de lado nuestras necesidades y enfocarnos en la otra persona, nuestras habilidades de escucha se incrementan exponencialmente.
Escuchar a los demás es difícil, pero escuchar a Dios lo es aún más. Son muchas las cosas que se interponen al escuchar a otras personas y muchas también las que entorpecen nuestra capacidad de escuchar a Dios. Todos los pensamientos, sentimientos, experiencias, temores y ambiciones que tenemos generan ruido y nos distraen, previniendo que podamos escuchar claramente la voz de Dios en nuestras vidas.
Los ejercicios espirituales han sido concebidos para ayudarnos a escuchar la voz de Dios más claramente. No tengo la más mínima duda de que el rosario nos ayuda a escuchar la voz de Dios con mayor claridad. Pero para poder escuchar la voz de Dios claramente, necesitamos permitirle traer un nuevo orden a nuestras vidas. Dios ama el orden.
Podemos llevar vidas muy agitadas en un mundo caótico y confuso, pero aún así anhelamos paz y orden. Hay un orden natural y es en ese orden que encontramos paz. Nuestras vidas pueden desordenarse con facilidad. Nuestra espiritualidad católica ancestral nos invita incesantemente a establecer las profundas raíces de orden en nuestras vidas.
Cuando voy a misa los domingos, sé que Dios va a tratar de reorganizar mis prioridades. La pregunta es: ¿le permitiré hacerlo? Cada domingo, al escuchar el Evangelio, me percato de que debo cambiar mi vida y me digo: «Estoy aun muy lejos de ser la persona que Dios quiere que yo sea» o «tengo todavía mucho trabajo por hacer». Me he dado cuenta de que Dios está...